Lo veo claro,
lo entiendo perfectamente,
se lo explico a los demás para que abran los ojos,
doy consejos de cómo tomarse la vida,
doy consejos sobre cómo actuar...
Pero cuando rebusco un poco dentro de mí, me doy cuenta de que mis palabras no valen ni un céntimo. Yo misma digo que actúo como los ejemplos que doy, pero no siempre lo hago. A veces intento cambiar y hacer ciertas cosas que no cuadran conmigo para adaptarme al mundo actual.
El mundo no es el mismo que hace unos años, cuando todo era algo menos impulsivo y arriesgado. Me niego al riesgo. No quiero riesgo, lo odio. Me da miedo.
Por eso me quedo atrás, voy perdiendo puntos en la sociedad, que valora y hace que triunfe la impulsividad.
Quiero cambiar, pero a la vez ser yo misma... hay muy poquitas personas que consigan que olvide las normas y todas mis neuras para disfrutar como una persona se merece. Muy pocas que consigan que sea yo misma y otra "mejor".
Quiero cambiar pero quiero seguir siendo la misma, como con esas pocas personas que me entienden y saben que aunque puedo ser impulsiva y dejarme llevar soy algo más que eso.
No quiero ser como todos los demás, pero quiero disfrutar de las mismas cosas.
No quiero cambiar.
Quiero disfrutar.
How the hell can I do it?
Los cambios más difíciles son los mentales.
Pues Fany, querida.
ResponderEliminarQue me he vuelto a dar unas vueltas por aquí, tía.
Esto esta de puta madre.
Uno no tiene porque cambiar, uno solo se tiene que aceptar.
(es un intento de epañol escrito)
¡Cuánto tiempo, encanto!
EliminarMe alegro de que te pasaras por aquí y no te asustases al re-leerme jajaja.
Espero que te vaya muy bien todo. Me has recordado que puedo dejar por unos momentos el ajetreo de la rutina para venir a leer y escribir.
¡Besitos!